Si todo el mundo fuera como él no sería necesaria ninguna ley de normalización lingüística. Sin dejar de querer a su tierra manchega hablaba perfectamente el catalán. Comprendió desde niño que aquí se hablaba otra lengua y no impuso la suya "porqué era la propia de España".
Como no era un pedante pocos saben que fue un hombre culto e inquieto y que nunca se durmió en los laureles. Desde la radio introdujo músicas que nadie conocía. Era un buen compañero, una persona amable y divertida. Un gran profesional que se la jugó con nuevos retos saliendo airoso.
Y era un hombre generoso que ayudó a mucha gente y alegró los días tristes a quienes le rodeaban. Le gustaba invitar.
Por todos los bocadillos que regalaste a las viejas putas callejeras, por tu voz, por tu calidez... ¡Buen viaje, maestro! Vengan muchos como tú a esta tierra.
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