Hoy
es un buen día para proponer una Comisión de investigación en el
Parlament de Catalunya dedicada a Ciudananos. Seguro que Albert Rivera, apóstol
de la honradez y martillo de herejías contables, estará encantado. ¿O no?
La
pasada semana, Raül Niubó, ex miembro del gabinete de prensa y comunicación de
C’s, denunciaba en su cuenta de Twitter que esta formación paga en negro a
muchos de sus trabajadores, evitando darles de alta en la Seguridad Social. A
esta práctica de pura economía sumergida –con su implicación de fraude fiscal- cabe
sumarle el agravante de que dichos trabajadores perciben la prestación por
desempleo. Afirmaba Niubó que puede probar estas acusaciones y retaba a Antonio
Espinosa, secretario de Estudios y Programas de C’s con el siguiente tuit "Investiguemos salidas y entradas de € durante elecciones. Tiene miedo?". Espinosa evitó responder.
¿Tienen miedo? Lo más lógico es que un partido cuyo líder anda dando lecciones de moralidad en tourné frenética por todas las cadenas de televisión de España reaccione con contundencia ante este tipo de acusación. ¿Han interpuesto una querella contra Niubó?; no. ¿Han convocado alguna rueda de prensa para desmentirlo enérgicamente?; tampoco.
De momento han respondido telefónicamente a algún medio con evasivas y frases muy medidas. Por ejemplo e-notícies informaba que según "fuentes oficiales del partido" -no citaba cuáles- "todo el personal laboral de Ciudadanos ha estado y está contratado y dado de alta en la Seguridad Social". El matiz personal laboral no solo no es gratuito sino que responde a una estrategia diseñada por algún letrado. No habla de trabajadores, sino de personal laboral para, a continuación, rematar con esta perla : "a las personas que colaboraban voluntariamente durante las campañas, Ciudadanos les compensa los gastos derivados de su participación, como queda reflejado en la contabilidad". Es de suponer que quien redactó este párrafo ya iba con la toga puesta, ya que se trata lisa y llanamente de un alegato de defensa. Curiosa, la política sociolaboral de Ciudadanos, con su doctrina neoesclavista que discrimina personal laboral y personas que colaboran voluntariamente pero cobrando algo de calderilla mientras perciben el paro.
Pero para despejar definitivamente cualquier sombra de duda las fuentes oficiales se despachan con el siguiente galimatías ; "las cuentas de Ciudadanos están auditadas por el Tribunal de Cuentas y la Sindicatura de Cuentas. Además Ciudadanos es el único partido que publica sus cuentas en su página web para ser consultadas por los ciudadanos" (sic).
¿Se supone que después de leer esta joya la ciudadanía debe quedar tranquila y no hacer más preguntas? Porque lo cierto es que resulta difícil orillar la verdad con más cinismo.
Lo que las cuentas no cuentan
Probablemente los dirigentes de Ciudadanos deben pensar que si todos los próceres de la Cataluña más selecta no detectaron -ni leyeron- las trampas de las cuentas de la Fundació del Palau de la Música, la plebe tampoco se despeinará examinando las de su partido.
Su página web presenta unas cuentas de 2010 y 2011 sin auditar ni incluir ninguna Memoria. También publican un documento sobre créditos que es puro márqueting
político para poder presumir de transparencia mientras nadie se haga preguntas. ¿Con qué entidades?, ¿a qué cantidades ascendían los créditos retornados?, ¿cómo y por qué se liquida un crédito con un año de antelación? ¿cuál era su importe?
Afirmar que las cuentas están auditadas por la Sindicatura no supone que este organismo las apruebe. Por el contrario, la Sindicatura denuncia que Ciudadanos no ha presentado la contabilidad correspondiente a 2010 y que no ha confirmado la existencia de fundaciones o asociaciones vinculadas al partido que, según el artículo 4.2 de la Ley 18/2010 de la Sindicatura de Comptes, también obliga a la presentación de sus cuentas.
En el año 2008 Ciudadanos constituyó en Barcelona la fundación Tribuna Cívica, pero la inscribió en el Registro de Fundaciones de Madrid, ciudad donde domicilió su sede central. Gracias a esta irregularidad elude la supervisión de sus cuentas por parte de la Sindicatura pero también pierde las subvenciones que le corresponden. ¿Qué interés puede tener en ocultar su fundación?
Examinemos primero sus datos actuales. Sus cuentas :
Sus planes de Actuación :
Aunque una fundación esté inactiva tiene la obligación de presentar su contabilidad y sus planes de actuación. Pero es que, además, tribuna Cívica no está inactiva. Ha organizado actos, como esta Escuela de Invierno de C's celebrada en marzo.
También ha modificado su Patronato :
¿Cómo es posible que su C:I:F: sea nulo? ¿Por qué no ha presentado nunca sus cuentas?
¿Tienen miedo? Lo más lógico es que un partido cuyo líder anda dando lecciones de moralidad en tourné frenética por todas las cadenas de televisión de España reaccione con contundencia ante este tipo de acusación. ¿Han interpuesto una querella contra Niubó?; no. ¿Han convocado alguna rueda de prensa para desmentirlo enérgicamente?; tampoco.
De momento han respondido telefónicamente a algún medio con evasivas y frases muy medidas. Por ejemplo e-notícies informaba que según "fuentes oficiales del partido" -no citaba cuáles- "todo el personal laboral de Ciudadanos ha estado y está contratado y dado de alta en la Seguridad Social". El matiz personal laboral no solo no es gratuito sino que responde a una estrategia diseñada por algún letrado. No habla de trabajadores, sino de personal laboral para, a continuación, rematar con esta perla : "a las personas que colaboraban voluntariamente durante las campañas, Ciudadanos les compensa los gastos derivados de su participación, como queda reflejado en la contabilidad". Es de suponer que quien redactó este párrafo ya iba con la toga puesta, ya que se trata lisa y llanamente de un alegato de defensa. Curiosa, la política sociolaboral de Ciudadanos, con su doctrina neoesclavista que discrimina personal laboral y personas que colaboran voluntariamente pero cobrando algo de calderilla mientras perciben el paro.
Pero para despejar definitivamente cualquier sombra de duda las fuentes oficiales se despachan con el siguiente galimatías ; "las cuentas de Ciudadanos están auditadas por el Tribunal de Cuentas y la Sindicatura de Cuentas. Además Ciudadanos es el único partido que publica sus cuentas en su página web para ser consultadas por los ciudadanos" (sic).
¿Se supone que después de leer esta joya la ciudadanía debe quedar tranquila y no hacer más preguntas? Porque lo cierto es que resulta difícil orillar la verdad con más cinismo.
Lo que las cuentas no cuentan
Probablemente los dirigentes de Ciudadanos deben pensar que si todos los próceres de la Cataluña más selecta no detectaron -ni leyeron- las trampas de las cuentas de la Fundació del Palau de la Música, la plebe tampoco se despeinará examinando las de su partido.
Su página web presenta unas cuentas de 2010 y 2011 sin auditar ni incluir ninguna Memoria. También publican un documento sobre créditos que es puro márqueting
político para poder presumir de transparencia mientras nadie se haga preguntas. ¿Con qué entidades?, ¿a qué cantidades ascendían los créditos retornados?, ¿cómo y por qué se liquida un crédito con un año de antelación? ¿cuál era su importe?
Afirmar que las cuentas están auditadas por la Sindicatura no supone que este organismo las apruebe. Por el contrario, la Sindicatura denuncia que Ciudadanos no ha presentado la contabilidad correspondiente a 2010 y que no ha confirmado la existencia de fundaciones o asociaciones vinculadas al partido que, según el artículo 4.2 de la Ley 18/2010 de la Sindicatura de Comptes, también obliga a la presentación de sus cuentas.
En el año 2008 Ciudadanos constituyó en Barcelona la fundación Tribuna Cívica, pero la inscribió en el Registro de Fundaciones de Madrid, ciudad donde domicilió su sede central. Gracias a esta irregularidad elude la supervisión de sus cuentas por parte de la Sindicatura pero también pierde las subvenciones que le corresponden. ¿Qué interés puede tener en ocultar su fundación?
Examinemos primero sus datos actuales. Sus cuentas :
Sus planes de Actuación :
Aunque una fundación esté inactiva tiene la obligación de presentar su contabilidad y sus planes de actuación. Pero es que, además, tribuna Cívica no está inactiva. Ha organizado actos, como esta Escuela de Invierno de C's celebrada en marzo.
También ha modificado su Patronato :
¿Cómo es posible que su C:I:F: sea nulo? ¿Por qué no ha presentado nunca sus cuentas?
La
Fundación Tribuna Cívica se inscribió el 13 de abril de 2009 y no ha presentado
cuentas de ningún ejercicio hasta la fecha.
Un
saludo.
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Subdirección General del Protectorado de Fundaciones
Plaza del Rey nº 6, 1ª planta
28071 – MADRID
María Teresa Giménez Barbat, una de las fundadoras de Ciudadanos, cuenta en su libro ‘Los españolistas de la Plaza Real’ cómo empezaron a surgir aportaciones inesperadas y suculentas, especialmente las de Miguel Rodríguez, el millonario propietario del grupo Lotus-Festina, un personaje curioso que se presenta como revolucionario y que identifica el catalanismo con todas las plagas de la perversidad burguesa. Rodríguez llegó de la mano de un viejo tumor : Alfonso Guerra.
La
autora relata cómo llegó a sus oídos la opinión que le merecía Ciudadanos al viejo truhán sevillano:
“está gente está salvando la dignidad moral de Cataluña”.
Que
Alfonso Guerra te dedique una frase así sólo puede llevar a una persona
mínimamente honrada a la vida contemplativa en una cueva o a un harakiri
solitario. Cuesta creer que tras ser pronunciadas por Guerra las palabras
“dignidad moral” no se abriesen las compuertas del infierno. El caso es que no
podía esperarse nada bueno de que alguien tan poderoso y con un odio tan
infinito hacia Cataluña se interesase por un grupúsculo formado básicamente por
pseudointelectuales rebotados con el pujolismo y funcionarios españolistas
instalados en un país que se obstinaba a no sucumbir a sus delirios de
grandeza.
¿Sabían
los militantes del PSC que el Gran Conseguidor del PSOE estaba engrasando la
maquinaria de un partido nuevo que podía dividirlos? Y los parlamentarios del
PSC que se plegaron a cepillar el
Estatut en la comisión de las Cortes sentándose a ambos lados de la mesa,
¿sabían que Guerra les estaba traicionando? ¿Hubo fondos especiales del estado destinados a Ciudadanos? Sería
interesante saber qué papel jugaron Montilla y Zapatero en este asunto.
Una
de las funciones de Ciudadanos es bombardear desde las televisiones con sede en
Madrid con el fin de captar votantes indecisos y abstencionistas y reducir el
peso del voto independentista. Si
Ciudadanos se presentase a las elecciones generales no tendrían tantas
facilidades ya que a los dos grandes partidos no les interesa la irrupción de
una nueva fuerza que podría restarles votos. Así, disfrutan de las ventajas que
les proporciona un partido sin representación en España pero con un discurso
anticatalán desde Cataluña. Ciudadanos les hace el trabajo y estas cosas suelen
compensarse.
Durante
la última campaña electoral al Parlament se orquestó una operación muy
trabajada que incluía acusaciones de corrupción contra Artur Mas y su entorno,
informes policiales ficticios y articulos de opinión que anunciaban una peligrosa mayoría aclamativa en Cataluña o sugerían una intervención del Estado contra
la Generalitat. En aquel contexto Albert Rivera tuvo todas las facilidades para
aprovecharse de la situación, llegando incluso a participar en diversas
ocasiones como entrevistado y tertuliano
en un mismo programa. No tuvo empacho en elevar a la categoría de cosa probada
cualquier rumor y demostró sobradamente su antidemocrático desprecio por la presunción
de inocencia del adversario.
Pero
ese rol estelar de Rivera en las televisiones españolas no solo fue un
ejercicio de ventajismo, además vulneró “la
transparencia, la objetividad y el principio de igualdad” que teóricamente
garantiza la legislación electoral.
Ciudadanos
recibió durante aquella campaña una auténtica donación que, de cuantificarse,
supondría varias veces todo su presupuesto electoral. Esa donación mediática, ¿a cambio de qué se concedió?
Los dos grandes grupos de
televisión privada en España no podrían sostenerse sin la audiencia, el poder y
la cuota de publicidad que les garantiza una Cataluña integrada en España. La
independencia les supondría perder sus licencias en un nuevo estado y, en todo
caso, verse en la obligación de negociarlas. Quizás la Generalitat debería
jugar esta partida y abortar que otros la estén jugando por ella.
Finalmente,
cabe preguntarse si la fundación Tribuna Cívica, ajena a la supervisión de la
Sindicatura y el Tribunal de Comptes, se ha beneficiado de donaciones de
anunciantes de esas televisiones que tanto admiran a Ciudadanos. Si ningún
organismo de control parlamentario puede comprobarlo y si la Subdirección
General del Protectorado de Fundaciones no tiene instrumentos para obligarla a
presentar sus cuentas anuales, sería conveniente que la Agencia Tributaria y la
Fiscalía del Estado intervinieran en el asunto. Vamos, si no es mucho pedir.